¿Tengo depresión?.

Probablemente sí, si llevas tiempo así y no parece algo puntual. La intensidad de lo que sientes y hasta qué punto afecta a tu día a día, serán factores clave para decidir cambiar tu situación y buscar la mejor manera de hacerlo.

Depresión o no depresión, ¿es esa la cuestión?

Depresión es un diagnóstico y como tal una etiqueta que nos ayuda a identificar una serie de síntomas que tienen un tratamiento eficaz. Algunos de los síntomas, como bajo estado de ánimo, apatía e insomnio, están asociados a otros trastornos y no solo eso, también a experiencias naturales de la vida como perder a un ser querido o la ruptura de una relación. Es por esto, que los criterios de intensidad, gravedad y duración del malestar son claves a la hora de identificar lo que nos ocurre. Una ruptura suele generar síntomas similares a los de una depresión, sin embargo, no tienen que ser tan intensos ni tan prolongados en el tiempo.

Igual que una pérdida o una separación, hay otras experiencias y momentos vitales que suelen ir asociados a estados emocionales desagradables, dependiendo como se afronten pueden desencadenar una depresión o no. Por ejemplo, estar sin trabajo puede afectar profundamente a la valoración que hacemos de nosotros mismos y a nuestra esperanza sobre el futuro. Cambiarnos de ciudad y sentirnos desamparados, sin nuestra red de apoyo social habitual, es otro momento que puede afectar a nuestro estado de ánimo. Hasta momentos que se auguran felices, como tener un hijo o ver cómo se independiza y avanza en su vida, puede generar una depresión postparto o sentimientos de vacío.

Cómo te sientes puede ser similar a los síntomas que describen una depresión pero eso no significa que cumplas todos los criterios diagnósticos.

Si no es depresión, ¿qué es?

Independientemente de si estás viviendo un momento vital clave, como los que se han mencionado antes, o no, si sientes que algo no funciona en tu día a día y no parece que encuentres la causa o la solución, ese es tu síntoma. No tiene que aparecer en un manual diagnóstico para que le prestes atención o lo consideres importante. Es importante en el momento que te impide desarrollar tu vida como tú quieres.

Puede que estés insatisfecho con algún aspecto de tu vida y que eso esté afectando a otras áreas. Puede que en este momento estés viviendo una crisis personal en la que ciertos miedos o inseguridades están aflorando y afectando a tu estado de ánimo. Puede que algo que esperabas no haya ocurrido y esas expectativas frustradas provoquen qué te hagas grandes preguntas para las que de momento no tienes respuestas.

Cualquiera que sea el escenario que estés viviendo, escuchar lo que piensas y prestar atención a lo que sientes, es el primer paso para saber qué ocurre y qué necesitas, antes que ponerle un título o una etiqueta diagnóstica.

La terapia se centra en aceptar y cambiar lo que nos produce malestar, independientemente del título que tenga. El objetivo como terapeuta es siempre ayudarte a mejorar tu calidad de vida.