¿Qué es el enfoque cognitivo conductual?.

Somos lo que pensamos (cogniciones) y lo hacemos (conductas). Y son estos dos aspectos en lo que se centra este enfoque terapéutico, al entender al ser humano como un sistema en el que nuestros pensamientos, acciones y sentimientos se ven influidos unos por otros. Así que la intervención va dirigida a comprender cada una de estas partes y modificarlas hasta encontrar el equilibrio.

Basado en la evidencia.

El tratamiento está fundamentado en técnicas que se han probado eficaces según la investigación, así que ofrece la confianza de saber qué es lo que puede ayudarte.
Existe una hoja de ruta: a lo largo de las sesiones se siguen unos pasos que ordenan el proceso terapéutico, estos son:

1. Definición de los objetivos.

Es lo que quieres conseguir con la terapia. Si te sientes triste uno de tus objetivos será notarte más animado, tranquilo. Hay a veces que describir lo que queremos cuando hace referencia a nuestro bienestar puede ser complicado, por ejemplo: queremos ser felices, pero para poder conseguirlo hay que identificar los pasos previos para conseguirlo, esos son los objetivos terapéuticos.
 

2. Evaluación del motivo de consulta.

Consiste en esclarecer lo que te pasa. Por ejemplo, en el caso de sentirte desanimado saber con qué frecuencia te ocurre, con qué intensidad, cómo afecta a otras áreas de tu vida…
Es fundamental para poder comprenderte y así ajustar el tratamiento a tus necesidades.

3. Explicación del problema.

Una vez que cuento con la información suficiente sobre cómo estás, puedo transmitirte cómo entiendo tu problema, explicarte cómo funciona para que puedas comprenderte, tomar conciencia de lo que te pasa y probablemente sentir cierto alivio al ver que todo lo que estás experimentando tiene explicación.
 

4. Plan y tratamiento.

Este punto hace referencia al aprendizaje de nuevas herramientas que puedan ayudarte a conseguir tus objetivos. Parece la parte más específica del cambio, sin embargo, este comienza desde la primera vez que nos vemos.

Todos los pasos explicados hasta este punto son dinámicos, es decir, que los objetivos que se describieron al comienzo de la terapia pueden cambiar sesiones después. Igual que vamos cambiando a lo largo de las sesiones, nuestras necesidades también; y la terapia va ajustándose para que obtengamos el mayor beneficio.

5. Cierre y despedida.

Una vez que los objetivos terapéuticos se han cumplido es el momento de cerrar la terapia y despedirnos. Se aprovecha este momento para repasar lo aprendido y evaluar la experiencia de la terapia, también se prevén posibles dificultades futuras y cómo se pueden afrontar.

Cualquier duda sobre cómo trabajo o qué esperar de la terapia, puedes resolverla en la primera consulta, un espacio para conocernos y responder a tus preguntas.