El dinero da la felicidad, pero poca.

Distintas investigaciones han puesto de manifiesto que la satisfacción que nos produce la obtención de bienes materiales, ya sea una subida de nuestro salario, mudarnos a una casa más grande o comprarnos un coche mejor, dura muy poco tiempo. No solo es breve, también es menos intensa. Nos engañan nuestras expectativas: cualquier cambio de este tipo nos hace menos felices de lo creemos y durante menos tiempo de lo que esperamos.

Adaptación hedonista

Esto se debe a nuestra capacidad de adaptación, en concreto a un fenómeno descrito como adaptación hedonista. Nos habituamos a nuestro entorno, igual que lo hace nuestro cuerpo a los cambios de temperatura. Al cabo de vivir unos meses en nuestra casa de ensueño ya no nos parecerá tan grande, ni tan deseada y pasaremos a querer otra diferente. Este ejemplo es aplicable a cualquier otra cosa que persigamos como destino final de nuestra felicidad: vivir en una ciudad con un clima más agradable, modificar nuestro aspecto físico, encontrar pareja o cambiar de trabajo.

Por otra parte, concentrarnos en la consecución de un objetivo material nos distrae de realizar otras actividades que se han probado más placenteras y mejores para nuestro bienestar, como es dedicar tiempo a otras personas.
 

Entonces, ¿Por qué nos centramos en mejorar nuestra calidad de vida siguiendo este camino?

Porque existe una marcada influencia cultural que se ha ido repitiendo a través de distintos medios. Su expresión más clara está en la forma en que hablamos sobre felicidad o bienestar, refiriéndonos a ellas como cosas que perseguimos y conseguimos.

La felicidad no se consigue, se construye. Esta idea tan sencilla, implica algo muy importante y es que depende de nosotros mismos ser felices. Algo que suena muy obvio y que roza la cursilería, pero que ha sido demostrado en distintos trabajos de investigación: ser feliz es un estado mental, una forma de percibir el mundo que nos rodea y nosotros mismos.

Las estrategias que pueden ayudarnos a adquirir dicho estado mental son diversas. Lo importante es encontrar aquellas que se ajusten lo mejor posible a uno mismo y aceptar que son actividades aplicables en el día a día. Si esto es algo que te gustaría descubrir no dudes en consultar con AM-Psicología y seguir las actualizaciones de Entre Sesiones.