¿Cómo hago para que alguien vaya al psicólogo?

La mayor parte del éxito de una terapia reside en la motivación de la persona que ha solicitado ayuda. Un cliente motivado acude a consulta porque quiere y está dispuesto a realizar cambios para vivir mejor. Lo más probable es que haya tardado en llegar a esa conclusión y que su motivación a lo largo de las sesiones varíe, generalmente aumenta.

¿Cómo conseguir que alguien llegue a esa conclusión?

Lo más importante es tener en cuenta que nuestro grado de influencia es limitado. La decisión final la va a tomar la otra persona, esto quiere decir que vamos a tener que aceptarla, con nuestra propia frustración incluida. Así, nuestra mejor opción va a ser hacer una sugerencia o solicitar un cambio, dependiendo de nuestra relación con la otra persona. 

Elegir el momento adecuado

En cualquiera de estos dos casos: si es alguien cercano pero no tanto como para verte afectado por su problema, como si es alguien próximo, por ejemplo tú pareja o un familiar, lo primero es elegir el momento adecuado. Este no puede ser en un ambiente donde el otro se sienta inseguro, incómodo o esté enfadado, de igual manera, tú tampoco debes estarlo. Intenta evitar una discusión para hacer tu propuesta, probablemente será escuchada como un ataque antes que como una preocupación sincera.

Un buen momento puede ser cuando la otra persona verbaliza sentirse desanimada, cree que no va a conseguir superarlo o que necesita que algo cambie. Proponerle alternativas para solucionar su problema, entre las que se encuentre consultar con un terapeuta puede aliviar su malestar. A veces, el simple hecho de darnos cuenta que tenemos otras opciones cuando nos sentimos desbordados nos tranquiliza y nos hace ver las cosas con cierto optimismo. 

¿Qué puedo decirle sobre ir al psicólogo?

Es conveniente dar información relevante si la otra persona no conoce el funcionamiento de la terapia. Es probable que desconozca que es un servicio totalmente confidencial, donde va a poder ver qué es lo que le pasa y cómo puede cambiarlo, trabajando con un profesional con experiencia que de manera objetiva va a ayudarle a conocerse a sí mismo, sin juzgarle y empatizando con su experiencia. Puede ayudarte saber qué puedes esperar de una primera sesión. 

Qué puedo hacer cuando el problema de la otra persona me afecta

Si nuestro día a día se ha visto afectado por el comportamiento de alguien próximo, es posible que hayamos llegado al punto de pedir a la otra persona que cambie con el fin de mantener nuestra relación.

Este tipo de cambios suelen ser difíciles de llevar a cabo por uno mismo, de ahí querer solicitar ayuda profesional.

La mejor forma de pedir algo así es plantearlo desde la propia preocupación, expresando como te sientes y describiendo de forma objetiva la situación que te hace sentir de esta manera. Es fácil que la otra persona argumente querer cambiar pero no estar dispuesta a ir a terapia. Hacerle ver que está dentro una contradicción: “quiero cambiar pero no hago nada para ello”, puede servir como reflejo de su actitud hacia el problema.

Las personas buscamos siempre la coherencia entre nuestros pensamientos y nuestros actos, cuando nos damos cuenta que estos no están en sintonía, actuamos para cambiarlo.

Independientemente de cuál creas que es tu caso, cada persona y situación es diferente y por ello tiene sus propias particularidades a tener en cuenta, así que no dudes en solicitar una primera consulta para aprender cual es la mejor forma de abordarlo y recuerda, cuando no podemos cambiar lo que nos rodea, podemos cambiarnos a nosotros mismos. Así que quizás, tú también podrías beneficiarte de aprender a lidiar con el problema y la persona a quien quieres ayudar.